De vez en cuando las grandes vueltas de tres semanas nos regalan actuaciones colectivas o individuales para el recuerdo, actuaciones que nadie o casi nadie esperaba, tan sólo quienes tienen echado el ojo a algún nuevo talento en ciernes. Esas semanas nos ayudan a descubrir talentosos ciclistas y que de paso luzca el duro trabajo en la sombra que durante meses, años diría yo, llevan realizando de forma silenciosa. Viene a ser lo que le ha sucedido a Pablo Castrillo (Jaca, 2001), la gran revelación de esta Vuelta junto a sus compañeros del también exitoso Kern Pharma . Ciclista cocinado a fuego lento en la estructura del malogrado Manolo Azcona y en contra de la corriente actual de promocionar talentos en edad junior, la hoja de servicios del altoaragonés a sus 23 años durante estas tres semanas presenta dos victorias de etapa , una de ellas etapón en el Cuitu Negru, y otras dos etapas elegido como el más combativo tras su insistencia en las fugas, esto último un denominador comú
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